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PADECER LA CARNE. La imposibilidad de la soledad.

 

 

Concepto, dirección y diseño escénico:

Celia Reyes./   Intérpretes: Diego Carrasco,

Irene Ducajú, Natividad Martín y Celia Reyes./

Acompañamiento artístico y dramatúrgico:

Poliana Lima./  Composición musical:

Álvaro Mansilla./Diseño de iluminación: George

Marinov./ Diseño escenográfico y vestuario:

Celia Reyes/ Material audiovisuales: Morado

Creative Collective./Ayudante de producción: 

Camila Vecco.

 

Financiado por: Ayudas a la

Creación Contemporánea y Movilidad Nacional

e Internacional 2022/2023 del Ayuntamiento

de Madrid.

Duración: 45 minutos.

Estrenado en: Réplika Teatro (Noviembre, 2023).

Enlace Teaser

Enlace Fotografías (Morado Creative Collective)

Enlace Dossier

MANIFIESTO

Tras "PADECER LA CARNE. Una Instalación Viva" decidí continuar en un segundo tomo con "PADECER LA CARNE. La imposibilidad de la soledad" para seguir explorando lo que es estar en el cuerpo. Llevo un tiempo estudiando una corporalidad en relación, que se vincula con el mundo y entendiéndonos, por ende, como existencias construidas colectivamente. Sin embargo, me ha sido inevitable regresar a la primera forma que entendía de moverme, aislando el cuerpo de sí mismo y del mundo. Es así que volví a estudiar la corporalidad como si nuestra carne fuera una frontera que nos aísla del mundo, y no por convicción ética u ontológica, sino por una vehemente sensación de soledad al cargar con mi cuerpo, conmigo misma en la vida. Es desde esta fuente que me topé con una corporalidad que, por su plástica y exploración sensitiva, remitía menos a lo humano de lo que a priori podría parecer la premisa de la fronterización del cuerpo.

 

Con asombro entendí que lo humano y lo no tan humano podían encontrar un punto de unión en la propia materialidad del cuerpo. Me asomé a algo que parece más allá de la carne, paradójicamente cuando más traté de concentrar el movimiento dentro de nuestro entramado material. Y cuanto más trataba de aislarlo, más difícil me resultaba cumplir la tarea, y más se construía una corporalidad ajena a lo humano, y que inevitablemente pertenecía a un tejido común. Indagando en la soledad, me topé con el otro; adentrándome en la materia, la encontré invadida por ficciones.

 

En "PADECER LA CARNE. La imposibilidad de la soledad" nos hemos transformado en corporalidades no tan humanas, en masas informes más que cuerpos comunes. Nos hemos puesto de acuerdo para ser más elásticos, mutables, desfigurados y menos vertebrados. En el proceso, hemos despedazado y fragmentado al cuerpo para seguir padeciéndonos como criaturas en un caparazón.

SINOPSIS

“PADECER LA CARNE. La imposibilidad de la soledad” es una pieza escénica de danza contemporánea para 4 intérpretes que explora la posibilidad de fronterización del cuerpo en una era en donde predomina la ruptura entre la información y el soporte material del cuerpo., para ello propone reducir al aspecto físico al cuerpo humano, generando una danza que se caracteriza por la preeminencia de la forma frente a los estados emocionales y biográficos de cada intérprete.

La coreografía de “PADECER LA CARNE. La imposibilidad de la soledad” arranca en un espacio delimitado con movimientos no funcionales y no cotidianos que, en un principio, son singulares para cada cuerpo, y que, a lo largo de la pieza, empiezan a contagiarse entre unos y otros en su forma/ejecución hasta llegar a trasladarlos por el espacio no delimitado. La propuesta trata de crear cuerpos que evoquen a
avatares mecanizados como cáscaras sin contenido, explorando más la ejecución anatómica de pautas y la reproducción de formas que conducen a estados de contención del cuerpo, más que respuestas emocionales que puedan emerger de su ejecución.


El tratamiento espacial pone el acento en la idea de individualidades que, a pesar de compartir un espacio común, no llegan a conformar una pluralidad, pues no se establece ningún encuentro o contacto entre cada individuo ni interacción con sus elementos.

  

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